Llego la época del año en que disfrutamos estar al aire libre, si tenemos la suerte de tener un horno de barro, en esta receta sencilla y práctica encontraremos una buena excusa para poder prenderlo y convidar a nuestras familias con algo que sale de lo cotidiano y nos permite brindar una vez más por los buenos momentos...
“Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio”
“Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio”
Julio Cortázar
Prendiendo el horno, para su primera cocción, bollitos de papel de diario, maderitas blandas, un par de troncos de ciruelo, y le arrimamos el fósforo....
Llevamos los leños al fondo del horno para que mantengan la temperatura, siempre aconsejo dejar un par de troncos encendidos, porque comúnmente comenzaremos a perder temperatura rápidamente.
Ahora si, en una fuente enlozada ponemos unas cucharaditas de aceite de oliva extra virgen, acomodamos el lomo, condimentado con mostaza, romero, sal, pimienta, y acompañado con papas, cebollas, morrones, zanahorias, dientes de ajos y unas berenjenas.
Y la belleza del fuego comienza a hacer su trabajo.....
Cuando se empiezan a dorar las papas, rotamos la bandeja, para que el calor del fuego se distribuya parejo.
Es ese humo, justo ese, el que le da un sabor único e inigualable.
Solo queda destapar una botella que esperaba una buena ocasión, podría ser acaso algún Sirah joven.
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